lunes, 23 de abril de 2012

Monet, Cortázar y los trenes

Así lo contaba Renoir
"Monet consiguió todo cuanto se había propuesto. Se retenían trenes a petición suya, se cerraban andenes y se cargaban las locomotoras de carbón para que escupieran tanto vapor como Monet quería". 

 "La estación de Saint-Lazare. Llegada de un tren" (1877)
El parisino le echó morro y se propuso pintar la estación que le fascinaba, la de Saint-Lazare. Para ello, y dado que no tenía un duro, el pintor Caillebotte tuvo que pagarle el alquiler de un estudio vecino a la estación, en la Rue Moncey.


También quiso inmortalizar los puentes por los que pasaba el tren. 

 "Puente de ferrocarril, Argenteuil" (1873)

Quién sabe si alguno de ellos estaba cerca de donde Oliveira, el álter ego de Cortázar, y la Maga subían a rendir homenaje a los paraguas muertos:

" [...] nos reíamos como locos mientras nos empapábamos, pensando que un paraguas encontrado en una plaza debía morir dignamente en un parque, no podía entrar en el ciclo innoble del tacho de basura o del cordón de la vereda; entonces yo lo arrollé lo mejor posible, lo llevamos hasta lo alto del parque, cerca del puentecito sobre el ferrocarril, y desde allí lo tiré con todas mis fuerzas al fondo de la barranca de césped mojado mientras vos proferías un grito donde vagamente creí reconocer una imprecación de walkyria".
Julio Cortázar, Rayuela (capítulo 1).
Pero en Rayuela no sólo se habla de trenes. El propio Cortázar grabó con su voz algunos fragmentos. Aquí, el capítulo 7