domingo, 31 de julio de 2011

Che

A tres días de cruzar el charco pienso que hay que viajar, porque el mundo es muy ancho y no tenemos perdón si no lo conocemos. Y no lo tenemos si no lo hacemos más ancho: escribamos, pues, para hacer el mundo más ancho; y, en su anchura, más bello.

Y hay que leer y saber, porque cuando se tiene frente a las narices algo que conoces, aunque sea un poco, se disfruta el doble. Ya dice Ana María Matute que "si no lees, tú te lo pierdes", y a una Premio Cervantes no se le discute. Porque leyendo se convierte también la butaca del salón en un asiento de avión, de tren o de máquina del tiempo. El charco puede cruzarse cuando uno quiera. Buen viaje.

martes, 26 de julio de 2011

Rodarán cabezas





Pobrecito. No es que fuera un inepto, ni que los bancos sean unos ladrones: se ve que había pasado mala noche y se le olvidó avisarme de que iba a cobrarme 30 euros por cada transferencia, e hice dos. No es que las cajas nos quiten nuestro dinero, es que se les olvida decirnos que tenemos que dárselo, nada más. Por eso no quemé la sucursal y me limité a decir "cabrones" en bajito, y no grité "hijos de puta".



A los españoles nos tratan como a borregos drogados y luego cambiamos de canal cuando los indignados salen en el telediario. Nos gusta recibir contenidos mucho más importantes por televisión, como Belén Esteban atiborrándose de magdalenas. Y es que pensar cuesta mucho trabajo, es incómodo darte cuenta de que tienes algo en la cabeza que te impide quedarte quieto, volver al banco y exigir que te devuelvan lo que es tuyo.

Que no nos extrañe si alguno corre la misma suerte que Luis XVI: a este paso, rodarán cabezas.